El 8 de marzo es una fecha destacada en múltiples partes del mundo, se conmemora el Día Internacional de la Mujer, formalizado por Naciones Unidas en 1975.
Este día tiene sus raíces en el movimiento obrero de mediados del siglo XIX, un momento de gran expansión de la industria en el que las mujeres tenian unas condiciones laborales pésimas. Por lo que se alzaron reivindicando mejores condiciones laborales, la posiblidad de acceder a la formación y el sufragio femenino. La vida de la mujer en Occidente por aquel entonces estaba absolutamente limitada: ni derecho a voto, ni a manejar sus propias cuentas, ni formación y con una esperanza de vida mucho menor que la masculina por los partos y los malos tratos.
Las impresionantes contribuciones de las mujeres a lo largo de la historia demuestran que sería imposible, y de todo punto absurdo, prescindir del talento y la inteligencia femenina y que las mujeres estan igual de capacitadas que los hombres para todo aquello que se propongan.
Han sido muchas y muy importantes las conquistas realizadas por las mujeres a lo largo de este último siglo, pero no todo está conseguido. A día de hoy muchas mujeres siguen sufriendo violencia machista y ven vulnerados sus derechos fundamentales.
Es peligroso pensar que la lucha feminista no tiene razón de ser, porque no es una lucha a favor de las mujeres, sino en favor de la sociedad. Cuando luchamos por los derechos de las mujeres significa que luchamos por los derechos de una sociedad igualitaria, y por esto las reivindicaciones feministas han de ser también de los hombres.
Tenemos todos el compromiso de concienciarnos y comprometernos para alcanzar la igualdad de género desde la infancia. “Las niñas a partir de 6 años se sienten menos inteligentes que los niños”, una revelación que Iria Marañón descubrió al investigar para su libro ‘Educar en el feminismo’. Todavía seguimos en el camino para lograr construir una sociedad justa e igualitaria: las niñas, al igual que los niños, tienen que ser poderosas, justas, solidarias y felices.
Desde aquí queremos agradecer a todas las mujeres que cada día luchan por sus sueños, sin prestar atención a las limitaciones que puedan encontrarse y superando cada obstáculo que se interpone en su camino, y es más aprovechando esos obstáculos para hacerse más fuertes y capaces, demostrando la gran fuerza que reside en conservar la voluntad y perseverar.
Y queremos agradecer a todos los hombres que respetan y admiran a esas mujeres y se preocupan por su felicidad apoyándolas en su lucha por alcanzar sus objetivos, considerandose parte activa de la conciliación, tratando todas las tareas cotidianas como suyas propias y no como una colaboración que prestan a sus compañeras femeninas.
LOS QUE QUEREMOS COSAS IMPRESIONANTES DEBEMOS HACER COSAS IMPRESIONANTES